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sábado, 22 de agosto de 2015

Carlitos TEVEZ, conmovido por la POBREZA en FORMOSA



A Carlos Tevez, las comodidades a las que tiene acceso por ser quien es no le hacen perder de vista los sufrimientos y la pobreza que se viven en el país. "Estamos en una desigualdad muy grande", remarcó el jugador de Boca. Y lo ilustró con un ejemplo de una reciente visita a Formosa.

"Cuando fuimos a jugar a Formosa me impactó mucho porque fuimos a un hotel 5 estrellas, pero la pobreza que hay en la zona es muy grande", recordó Tevez en su entrevista del jueves en Animales Sueltos sobre la visita a la ciudad del norte argentino, donde Boca venció 3 a 0 a Banfield por la Copa Argentina a fines de julio. E hizo un paralelismo con el barrio en que nació: "Imaginate, sería como poner un hotel cinco estrellas en Fuerte Apache".

"Soy de mirar mucho para conocer mi país. Salimos del aeropuerto, camino hacia el hotel. La gente se cagaba de hambre. Y cuando entramos al hotel era Las Vegas, con casino y todo", remarcó el contraste Tevez. "Los chicos no se merecen esas cosas", señaló, conmovido.
"¿En qué mundo estamos? Nos tenemos que dar cuenta. Con cositas mínimas podemos ayudar", siguió Tevez. Luego destacó que quienes sufrieron los efectos de las inundaciones van a necesitar de una ayuda sostenida: "En diez días deja de ser noticia, pero las personas van a tener que volver a sus casas, pintar la pared, buscar cosas nuevas".

"Carlos Tevez: "YO NO VENGO A HACER POLÍTICA, YO LO HAGO DE CORAZÓN"


miércoles, 6 de octubre de 2010

El gobernador Insfrán encabezó un acto de militares asesinados por Montoneros


El gobernador de Formosa, Gildo Insfrán, dejó por un momento de lado su hiperkirchnerismo habitual y encabezó ayer por la tarde el tradicional acto cívico militar con el cual los formoseños recuerdan todos los años el ataque de Montoneros al Regimiento de Infantería de Monte 29, ubicado en los suburbios de la capital provincial.

Fue una ocasión especial porque se cumplían 35 años del ataque , realizado durante el gobierno constitucional de la presidenta Isabel Perón. Además, la publicación de mi libro sobre ese asalto, que fue bautizado Operación Primicia por la propia guerrilla peronista, está teniendo una muy buena recepción entre los formoseños y permite al resto de los argentinos conocer un intento de copamiento que en su momento tuvo consecuencias muy importantes a nivel nacional.

Además, el libro revela la asimetría entre las millonarias indemnizaciones ya cobradas por los parientes de la mayoría de los doce guerrilleros muertos en el ataque y las reducidas pensiones mensuales que perciben los padres de los diez soldados conscriptos ultimados en ese cruento combate, que duró media hora.

También murieron un subteniente de 21 años, un sargento y un agente de policía. Cuando todo había terminado, patrullas militares mataron a tres vecinos formoseños que no habían tenido nada que ver con la operación.

Recién el domingo pasado voceros de Insfrán terminaron con la incógnita y los rumores al informar que el gobernador encabezaría el acto, que incluyó, como todos los años, un desfile de los ex soldados que aquel domingo por la tarde defendieron el cuartel.

A partir del domingo, los dos canales de TV del gobierno provincial incluyeron en su programación referencias al 5 de Octubre. Hasta ese momento, habían permanecido en silencio, al contrario de lo que sucedía con las radios, muy escuchadas en toda la provincia: hay programas que leen párrafos de mi libro y otros que hasta fotocopian tramos para regalar a los oyentes que no pueden comprarlo.

Como sucede desde 2003, en las semanas previas hubo intensos rumores sobre presiones del kirchnerismo a Insfrán para que le bajara el tono al acto, que no está alineado con la relectura de los setenta impulsada por el matrimonio Kirchner, una suerte de leyenda blanca sobre la "juventud maravillosa" y los grupos guerrilleros.

Insfrán fue uno de los primeros y más firmes aliados que tuvo Néstor Kirchner cuando lanzó su candidatura presidencial, y Formosa se convirtió en una de las tres provincias, junto a Santa Cruz y Jujuy, donde el kirchnerismo venció en la primera vuelta de los comicios de 2003.

Además, Formosa depende, como otras provincias, de los fondos federales. Pero, Insfrán, que gobierna desde 1995 y aspira a una nueva reelección en 2011, siempre se mantuvo firme en su decisión de encabezar los actos por el 5 de Octubre, que es una fecha muy sentida por todos los formoseños.

Hace unas semanas, un economista porteño que suele asesorar al gobierno formoseño le sugirió a Insfrán, medio en broma, medio en serio, que imitara al gobierno nacional e indemnizara también a los padres de los conscriptos muertos. "Muy buena idea, pero a los Kirchner no les gustaría nada", contestó el gobernador, siempre según esa fuente


lunes, 4 de octubre de 2010

Operación Primicia :5-oct-1975 Ataque Montonero al RIM 29 Formosa

El 5 de octubre de 1975 un comando montonero atacó el Regimiento de Infantería de Monte 29, en Formosa, en un operativo militar de gran envergadura que ayudó a precipitar el golpe de 1976. El libro Operación Primicia reconstruye ese cruento episodio y revela que varios de los atacantes muertos durante el asalto fueron incorporados por el actual gobierno a la lista de víctimas del terrorismo de Estado

De los suburbios de Formosa a la costanera porteña, el bautismo de fuego del Ejército Montonero sigue haciendo ruido 35 años después. La mayoría de los guerrilleros muertos en el ataque al Regimiento de Infantería de Monte 29 el 5 de octubre de 1975, durante el gobierno constitucional de Isabel Perón, ya figura en el Monumento a las Víctimas del Terrorismo de Estado; además, por orden de Néstor Kirchner, esos nombres fueron agregados a los listados de la Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas (Conadep) y sus parientes cobraron la indemnización prevista por una ley sancionada durante el menemismo, que en marzo de este año ascendía a 620.919 pesos.

El día que la guerrilla peronista utilizó por primera vez su uniforme azul hubo un violento combate que duró media hora, en el cual murieron doce jóvenes argentinos de cada lado, entre ellos diez soldados que a los 21 años cumplían con el servicio militar obligatorio y que para el kirchnerismo parecen haber fallecido en el bando equivocado. Lógicamente, en una provincia donde el oficialismo había ganado la gobernación con el 70 por ciento de los votos, también ellos pertenecían al vasto y heterogéneo movimiento fundado por Juan Perón.

Hoy esos soldados sólo son recordados en Formosa (sus homenajes no cruzan el río Bermejo) y sus padres tienen que arreglárselas con una pensión que en marzo era de 842 pesos. Por ejemplo, los padres de Marcelino Torales, un albañil que quería ser cantante profesional, admiraba a Sandro y murió acribillado en el dormitorio de la Guardia, deberían cobrar ese dinero todos los meses durante 61 años y medio de sus vidas para igualar la cifra que ya recibieron los herederos de cada guerrillero.

En mi nuevo libro, Operación Primicia (Sudamericana), cuento en detalle el audaz ataque de Montoneros; explico los motivos de la guerrilla peronista para deteriorar a la viuda del General; analizo su impacto en la democracia peronista; describo las reuniones entre militares y políticos que fijaron la fecha del golpe del 24 de marzo de 1976, menos de seis meses después, y revelo cómo fue que el kirchnerismo elevó a la categoría de víctimas del terrorismo de Estado a los guerrilleros que murieron durante el intento de copamiento.

Manejos políticos

Obviamente, ni los guerrilleros caídos en Formosa ni sus parientes son responsables de los manejos políticos de los Kirchner, para quienes la historia no son libros viejos: ellos han estirado y modificado el sentido de decretos y leyes de gobiernos anteriores para construir un relato histórico determinado, para fabricar una memoria colectiva sobre nuestro pasado favorable a aquella "juventud maravillosa" de los setenta, de la cual el matrimonio gobernante, sus funcionarios y sus simpatizantes se consideran los legítimos herederos.

Ese relato histórico artificial, esa épica que no existió, permite a los Kirchner soldar sus alianzas con movimientos sociales y organizaciones de los derechos humanos, provee a sus funcionarios de un escudo ético contra las acusaciones sobre supuestos casos de corrupción y les brinda una poderosa herramienta para mantener una presión constante sobre sus adversarios políticos y contra el periodismo que no es oficialista.

También mi libro anterior, Operación Traviata , rescataba un hecho dramático de los setenta que estaba ausente del discurso kirchnerista: el asesinato de José Ignacio Rucci, el secretario general de la CGT, en 1973. Operación Primicia va a contramano de los deseos del oficialismo y de la mayoría de los libros sobre nuestro pasado reciente, que, por distintas razones, siguen evitando una mirada crítica sobre la actividad de los grupos guerrilleros entre 1973 y 1976.

Montoneros acostumbraba a elegir un nombre para sus principales acciones. Así, el secuestro y asesinato del general Pedro Aramburu, que marcó su nacimiento, se llamó Operación Pindapoy, y el asesinato de Rucci, Operación Traviata. El ataque al cuartel de Formosa fue conocido como Operación Primicia debido a que fue el primer ataque de la guerrilla peronista a un cuartel militar, el inicio de la lucha directa contra las Fuerzas Armadas.

"Primicia" es una palabra utilizada por los periodistas para referirse a un hecho valioso que se revela por primera vez. "Queríamos que la prensa y el pueblo se dieran cuenta rápidamente de la importancia de este copamiento a un cuartel, que era el primero por parte de Montoneros e indicaba un salto militar nuestro: la decisión de luchar contra el Ejército, al que veíamos definitivamente tomado por la oligarquía y el imperialismo", me confió un periodista que militó activamente en Montoneros.

El abogado Pedro Velázquez Ibarra, uno de los impulsores en Formosa de los juicios a militares por la violación de derechos humanos, me contó que fue similar la explicación que le dio el ahora diputado ultrakirchnerista Carlos Kunkel cuando en la cárcel, en Resistencia, durante la dictadura, él, que no era montonero, criticó con dureza el ataque al cuartel. Según Velázquez Ibarra, Kunkel le contestó: "La gente tenía que entender que había dos ejércitos: uno, el ejército represor, y otro, el ejército montonero". Kunkel no quiso ser entrevistado para dar a conocer su opinión ni para aclarar algunas cuestiones sobre el tema que circulan en Internet.
Operación Primicia fue una acción que parece salida de un guión cinematográfico. Casi setenta combatientes participaron en forma directa en este operativo, que tuvo cinco fases, algunas de ellas simultáneas: 1) secuestro del Vuelo 706 de Aerolíneas Argentinas, con 102 pasajeros y seis tripulantes, que a la altura de Monte Caseros, Corrientes, fue desviado a la ciudad de Formosa; 2) copamiento del aeropuerto internacional "El Pucú", en la entrada de la capital formoseña, donde los montoneros mataron un agente de policía y tomaron más de doscientos rehenes; 3) asalto al regimiento, el segundo de todo el país de acuerdo con Montoneros. Los guerrilleros imaginaban que los soldados conscriptos no ofrecerían resistencia, pero calcularon mal, ya que en media hora de combate hubo veinticuatro muertos; 4) los guerrilleros que sobrevivieron al ataque se replegaron hacia el aeropuerto y fugaron en el Boeing 737-200 de Aerolíneas, el avión más moderno de la empresa estatal, y en un Cessna 182 de cuatro plazas que sirvió para confundir en el aire a los perseguidores; 5) aterrizaje del avión de Aerolíneas a 700 kilómetros de Formosa, en una pista preparada por otro pelotón en una estancia en Santa Fe, cerca de Rafaela (el Cessna bajó en las afueras de la ciudad de Corrientes, en un arrozal).

El diseño de la operación fue complicado porque Montoneros no tenía un buen desarrollo en Formosa y tuvo que traer todos los combatientes de cinco provincias: Buenos Aires, Santa Fe, Chaco, Corrientes y Misiones, en un total de nueve vehículos, aparte del pelotón formado por siete "cuadros" que secuestró el Boeing 737-200 y del "oficial" que trajo el Cessna 182 desde Resistencia.
Roberto Perdía me contó que la operación fue planificada por el "oficial superior" Raúl Yaguer, más conocido como "El Gringo", "Roque" o "Mario", un ingeniero químico santafesino metódico y cáustico que era el número cuatro de la cúpula de Montoneros. Los tres primeros en la jerarquía, Mario Firmenich, Perdía y Roberto Quieto, aprobaron el ataque.
El asalto al cuartel comenzó aquel domingo a las 16.25, en plena siesta formoseña. La guardia estaba a cargo de un grupo de soldados conscriptos formado por los más pobres, los que no tenían dinero para visitar a sus familias en el interior de Formosa, como Hermindo Luna, que había cambiado su franco por unos pocos pesos con un colega de la capital provincial, y los más generosos, como Edmundo Sosa, un muchacho sin padre que reemplazaba a un camarada que había viajado a Clorinda a ganarse unos pesos cargando bolsas de harina de contrabando a Paraguay; dos semanas antes, Sosa había postergado su baja para que se fuera en su lugar un compañero que ya tenía dos hijos que alimentar. La mayoría de los suboficiales y oficiales estaba de franco y muchos dormían en el barrio militar, frente al cuartel. El jefe, el coronel Dardo Argentino Oliva, había viajado a Resistencia para jugar al polo con sus amigos artilleros.
Los soldados Luna y Sosa fueron dos de los diez conscriptos muertos en el cuartel, junto con un subteniente de 21 años, Ricardo Massaferro, hijo de un mayor retirado que era peronista, había participado en la Resistencia y hasta había brindado entrenamiento militar a grupos montoneros. También murió el sargento primero Víctor Sanabria, un formoseño de 32 años que dejó dos hijos: Carlitos, de 7 años, y Roxana Elizabeth, de once meses.

Persecución y venganza

Luego del ataque, cuando los guerrilleros sobrevivientes ya habían aterrizado en un campo en Santa Fe, patrullas militares salieron de recorrida por toda la ciudad y mataron a tres vecinos formoseños que no habían tenido nada que ver con el intento de copamiento.
Es decir que, en total, fueron veintiocho los muertos en Formosa aquel domingo trágico.
En aquel contexto, encontrar y castigar a quienes los habían desafiado con una operación militar a la que el propio Videla elogia hoy como un "planeamiento magistral poco común", fue una obsesión para muchos jefes militares que detuvieron, interrogaron e incluso mataron a muchos sospechosos sin intervención de la Justicia. Meses después, la dictadura que surgió tras el golpe de marzo de 1976 secuestró, torturó, hizo desaparecer y asesinó, bajo la forma de fugas y tiroteos inventados a muchos sospechosos de haber participado de aquel ataque. Durante años, lo que hoy se conoce como la masacre de Margarita Belén que investiga la Justicia, en la que fueron asesinados 22 presos que estaban siendo trasladados de Resistencia a Formosa, fue presentado por las autoridades militares como un tiroteo durante un intento de fuga. Pero la versión oficial fue desmentida en 2001 por el propio jefe del Ejército, el general Ricardo Brinzoni quien admitió que aquello había sido "Un fusilamiento encubierto de detenidos". Para muchos, una venganza por el ataque al cuartel de Formosa.

Operación Primicia conmovió a la opinión pública, al gobierno, al peronismo y a los militares. Cuando el cuartel de Formosa fue atacado, Isabel Perón estaba de licencia en Ascochinga y la Presidencia era ocupada en forma interina por el titular del Senado, el santafesino Italo Luder.
El gobierno peronista reaccionó al ataque con tres decretos que ordenaron a las Fuerzas Armadas la ejecución de "las operaciones militares y de seguridad que sean necesarias a efectos de aniquilar el accionar de los elementos subversivos en todo el territorio del país". Todavía hoy, cuando intentan justificar las violaciones de los derechos humanos, los militares dicen que ellos sólo cumplieron con esta orden a pesar de que en 1985, en el juicio a las juntas militares, la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Criminal y Correccional Federal falló en contra de ese argumento.
Luder se basó en el decreto 261, secreto, del 5 de febrero de aquel año, firmado por Isabel y sus ministros, que había delegado en las Fuerzas Armadas la lucha contra la guerrilla en la provincia de Tucumán, donde el ERP, la guerrilla trotskista, buscaba crear una zona liberada.
Carlos Ruckauf era un joven ministro de Trabajo y es uno de los pocos sobrevivientes de aquel gabinete, junto con Antonio Cafiero. Ruckauf recordó que "Luder dijo que había que ampliar el área de influencia de las Fuerzas Armadas a todo el país y que iban a enviarse esos decretos de inmediato al Congreso, y que se iban a mandar, además, dos proyectos de ley que explicaban la forma de aplicar los decretos y el mecanismo de control que iba a haber por parte del poder político sobre las fuerzas militares, que obviamente nunca se ejecutó: los tipos hacían lo que querían e inclusive detenían a compañeros nuestros y no sabíamos qué pasaba".

Oro y bronce

La columna montonera contó con la ayuda de un soldado conscripto, el santafesino Roberto Mayol, que era "oficial segundo" de Montoneros en Santa Fe, donde había dirigido ataques contra la corresponsalía de la agencia estatal de noticias Telam y el Club del Orden, un reducto de la aristocracia local a la que pertenecía su propio padre, un prestigioso abogado.
Mayol había llegado castigado desde el batallón ubicado en Fray Luis Beltrán, cerca de Rosario. El también tenía 21 años y murió en el cuartel; su breve pero intensa juventud permite comprender qué les pasó a tantos como él en aquella época de utopía y violencia. Se había formado con los jesuitas en el Colegio de la Inmaculada Concepción, "La Inmaculada", donde se educa la elite santafesina; venía del progresismo católico, y se destacaba por su carisma.
Mientras los ex conscriptos formoseños lo recuerdan como "el soldado entregador", muchos de quienes fueron montoneros lo consideran un héroe, un mártir, un "cura laico" o por lo menos una víctima del terrorismo de Estado. Lo mismo ocurre con otros guerrilleros muertos en el cuartel, que han sido homenajeados en sus pueblos o ciudades y en los colegios y universidades que frecuentaron. Más relevante aún que eso: ocho de esos doce montoneros figuran en los nuevos listados del Nunca Más como víctimas de "ejecución sumaria", una categoría creada por la Secretaría de Derechos Humanos durante el kirchnerismo.
Dos precisiones: los testimonios recogidos indican que esos jóvenes no fueron fusilados por los militares sino que hasta sus propios compañeros admitieron que murieron durante el ataque al cuartel, y la Conadep fue creada por el presidente Raúl Alfonsín en 1983 para "esclarecer los hechos relacionados con la desaparición de personas" durante la última dictadura. En ese sentido, la periodista Magdalena Ruiz Guiñazú, una de las personalidades que formó parte de la Conadep, recuerda que recibieron denuncias "acerca de aproximadamente 600 secuestros que se habrían producido antes del golpe militar", de las cuales la Conadep no se pudo ocupar porque estaba fuera de su alcance.

Los nuevos listados de la Conadep fueron presentados en la Feria del Libro de 2006 y esos ocho guerrilleros constituyen apenas la punta del iceberg: en total, son 526 las personas que figuran como muertos por "ejecución sumaria" entre los golpes de 1966 y 1976. Allí hay de todo: víctimas de grupos paramilitares; atacantes de comisarías y cuarteles durante las cuatro presidencias constitucionales del peronismo, entre 1973 y 1976; militantes que estaban armando o colocando bombas y hasta un joven que fue fusilado por Montoneros acusado de traidor y delator, en Córdoba.



Por Ceferino Reato
Publicado en http://www.lanacion.com.ar/nota.asp?nota_id=1298901